17 Jul Del aceite de oliva a la prevención del VIH
Cada año se producen en el África subsahariana 3 millones de infecciones por el VIH. Prevenir esta sangría es uno de los objetivos de miles de investigadores de todo el mundo; entre ellos se encuentra el equipo que coordina José Alcamí, del Instituto de Salud Carlos III de Madrid, que ha desarrollado una nueva molécula que podría evitar la transmisión del VIH por vía sexual a partir de un antioxidante natural presente en el aceite de oliva virgen extra. Su equipo va a liderar un proyecto europeo para el desarrollo de esta nueva molécula, «pionera», como reconoce el propio investigador. El proyecto ha sido seleccionado por la Comisión Europea de entre más de 100 y le ha dotado de 1,8 millones de euros para los próximos dos años.
Alcamí explica que la nueva molécula posee una doble propiedad: además de haber demostrado inhibir la replicación del VIH -los estudios in vitro han demostrado una eficacia del 100%– también posee propiedades antiinflamatorias -no produce inflamación local y reduce la capacidad del virus para infectar los linfocitos en las mucosas-. Aunque reconoce que todavía no conocen en qué proceso interviene la molécula «sabemos que no es en la entrada, y pensamos que es un paso posterior, como cuando se une a la integrasa»
La sustancia identificada podría ser de gran utilidad para el desarrollo de geles microbicidas que, a través de su aplicación tópica, puedan prevenir la infección del VIH. Según Alcamí, los resultados preclínicos son muy esperanzadores: capacidad antiviral y antiinflamatoria demostrada in vitro y en ratones humanizados. Ahora, dice, «vamos a iniciar la fase en macacos, 12 en total, con el fin de determinar su exacto mecanismo de acción y el grado de protección que confiere». Los resultados, señaló ayer, estarán en dos años, aunque esperan disponer de resultados preliminares en un plazo de 1 año.
Síntesis química
Esta nueva sustancia, pionera tanto por su mecanismo de acción como por su estructura química molecular, ha sido sintetizada por la empresa la biotecnológica española Seprox , que la logrado producir en un grado de pureza única. De hecho, dicha empresa ha solicitado su patente con el objetivo de que pueda estar disponible para la población en un plazo de cinco años. La molécula, el Hydroxytyrosol, es el más potente antioxidante natural que se conoce que hasta ahora se extraía del olivo, está presente en el aceite de oliva virgen extra (pero en cantidades muy pequeñas y variables de unos a otros aceites), responsable, junto con otros compuestos fenólicos, del sabor amargo característico del aceite de oliva. El logro de la empresa biotecnológica española ha sido desarrollar un método de síntesis química y enzimática para producirla a un grado de pureza única.
En este sentido, Alcamí ha adelantado que ya han contactado con algunas ONG y gobiernos africanos para, si los resultados son tal y como se esperan, iniciar ensayos clínicos en humanos. El desarrollo de éste y de otros microbicidas, como el presentado hace una semana por el equipo de Mª Ángeles Muñoz, del Hospital Gregorio Marañón, representa un área de investigación muy activa en el campo del VIH y del sida. Estos compuestos son especialmente útiles en determinados contextos socio culturales para disminuir la propagación de la infección del VIH, especialmente en los países del África subsahariana o de Asia pero también en colectivos dónde el uso del preservativo no se sigue de manera rigurosa.
Protección a la mujer
«En poblaciones del cono Sur de África, lugar donde el VIH y el sida es una epidemia devastadora que afecta a más del 20% de la población adulta, la mujer estaría perfectamente protegida con un único sistema de profilaxis que «culturalmente» estaría aceptado. En muchas situaciones, microbicidas como el que vamos a investigar, representa el único medio disponible para una mujer para evitar la infección por el VIH», añade Alcamí.
No obstante, este proyecto de investigación va más allá de ser una alternativa para los países menos favorecidos en la lucha contra la infección y se enmarca en el contexto actual de aumento de la enfermedad en los países desarrollados. Se estima que solo en España se producen más de 3.500 nuevas infecciones cada año. «Existe una percepción de disminución de riesgo debido a la pérdida del miedo al contagio que se ha instalado principalmente en la población joven y que está llevando a la proliferación de prácticas sexuales sin que se tomen las medidas preventivas necesarias», advirtió Alcamí.
En la investigación, además del grupo del ISCIII, participaran una veintena de investigadores del Centro de Investigación en Energía Atómica de París y del Hospital San Raffalle de Milán.
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